sábado, 8 de agosto de 2009

la prosa







la prosa....

4.1. Los orígenes de la prosa española.

Podemos definir la prosa como la forma ordinaria del lenguaje, no sometida a las leyes de la versificación ni del ritmo. En el caso de la prosa literaria, debemos añadir la connotación de que en el texto debe ir explícito lo que en el lenguaje oral va implícito en la situación en el que se desarrolla la comunicación.

En la historia de la literatura española no existe un momento exacto en el que podamos decir que nació la prosa escrita española, sin bien diversos hechos aislados marcan que sus comienzos están situados a principios del siglo X. Sin embargo, las primeras manifestaciones de la prosa literaria tuvieron lugar en reinado del rey San Fernando ( + 1252), y hasta la época de su hijo Alfonso X no produjo obras verdaderamente notables, con obras de carácter fundamentalmente erudito en el campo de la historia, la religión, la geografía, textos jurídicos y científicos, copiadas en su mayoría o inspiradas en las literaturas latina, árabe y hebrea. Este hecho nos lleva a estar de acuerdo con las apreciaciones de Álvaro Galmes sobre el nacimiento de la prosa literaria española, situándolo en la primera mitad del siglo XIII, época en la que el castellano empieza a escribirse con cierta regularidad y extensión.

Los primeros testimonios de la prosa española son las glosas, que datan del siglo X. Los monjes se ocupaban de copiar e iluminar antiguos códices latinos; para la compresión de aquellos textos, o quizás para acercarlos al pueblo que desconocía el latín usado todavía por los clérigos, escribían al margen una serie de anotaciones en latín, romance o eusquera que comentaban o glosaban las partes más difíciles de entender. Así el primer fragmento de lo que podríamos llamar castellano, salvando las diferencias dialectales del momento, es una breve oración de una de las anotaciones a un libro escrito en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (Códice 60), que dice...
Cono aujtori de nuestro
dueno, dueno Xristo, dueno
salbatore qual dueno
get. ena honore. e qual
dueno tienet. ela
mandatjone. cono
patre cono spiritu sancto
enos sieculos. de lo siecu
los. facanos deus omnipotes
tal serbitjio fere. ke
denante ela sua face
gaudioso segamus. Amen
Con la ayuda de nuestro Señor Don Cristo Don Salvador, Señor que está en el honor y Señor que tiene mandato con el Padre con el Espíritu Santo en los siglos de los siglos. Háganos Dios omnipotente hacer tal servicio que delante de su faz gozosos seamos. Amén.

Este breve texto nos presenta la primera vez que el castellano (palabras en romance que hoy conocemos como castellano) va más allá de unas palabras aisladas. Todas aquellas glosas que se encuentran en libros del Monasterio de San Millán de la Cogolla se denominan glosas emilianenses, y las de los libros del Monasterio de Santo Domingo de Silos son conocidas como glosas silenses, estas últimas algo posteriores.










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