miércoles, 4 de noviembre de 2009

POESIA PRECOLOMBINA


La extensa y profunda tradición poética que España ha dejado en Hispanoamérica quizá sea uno de los motivos que lleva -a no pocas personas- a pensar que en nuestro continente la práctica de la poesía comienza a desarrollarse con posterioridad a la invasión española tras la llegada de Colón a América. Pero la realidad es distinta, aunque lamentablemente poco conocida, incluso por el público lector habitual.
Habría que comenzar diciendo que el poblamiento de América se inicia 35.000 años antes de nuestra era, aproximadamente, causado por hordas que cruzaron el estrecho de Bering. En Centroamérica las primeras civilizaciones datan de cerca del 1.500 a.n.e y los pueblos más representativos de éstas fueron los que conformaron los imperios Maya y Azteca. Civilizaciones de gran complejidad social y sentido religioso que practicaron una escritura jeroglífica. En cuanto a su alimentación, el cultivo del maíz fue de vital importancia. Más al sur, en la zona andina, destacó el imperio Inca cuyo régimen político era una especie de comunismo de Estado. Estos llegaron a extender sus dominios hasta el río Maule donde fueron detenidos por los Mapuche, pueblo que resistió la presencia de los españoles durante tres siglos. La historia de esta epopeya quedó testimoniada en el poema épico de Don Alonso de Ercilla y Zúñiga: "La Araucana".
En cuanto a la cultura, los pueblos precolombinos llegaron a alcanzar un gran desarrollo en áreas como la arquitectura, aritmética y astronomía. Esto principalmente en los imperios Maya, Azteca e Inca, pues a pesar de ser muchos los pueblos que poblaron la América Prehispánica, fueron éstos los que lograron hegemonizar a sus vecinos y someterlos, llegando a conformar grandes civilizaciones. Aunque no se puede desconocer el profundo aporte de los Olmecas (quienes fueron los primeros en crear una escritura jeroglífica en América), Zapotecas, Teotihuacanes, Toltecas, etc. En la América del sur los Chibchas y Quembayas dieron gestación a las culturas de la región de Colombia y los Quichuas formaron el imperio del Tahuantimsuyo (incaico) desde Quito –en el actual Ecuador- hasta el río Maule en lo que hoy se denomina Chile. Respecto a Norteamérica, es donde se han encontrado los vestigios más antiguos de cultura precolombina, especialmente en Arizona, Nuevo México y Nevada, pero que no alcanzaron el grado de civilización de sus vecinos de más al sur. De la poesía oral india de Norteamérica se ha podido tener conocimiento de, por ejemplo, la de los pueblos sioux, pawnee, y pápago, entre otros. Dice un poema de estos últimos: "¿Cómo empezaré mis cantos/ en la noche azul que está llegando?/ En la gran noche mi corazón saldrá afuera,/ las sombras vienen hacia mí sonando./ En la gran noche mi corazón saldrá afuera".
En cuanto a los textos precolombinos de los pueblos más desarrollados socialmente, no es mucho tampoco lo que ha quedado, aunque sí lo suficiente para hacerse una idea del concepto poético de estos pueblos. Esta poesía posee, principalmente, un fuerte sentido religioso de comunicación colectiva entre los hombres y sus divinidades, también encontramos, además de los textos sagrados, una cantidad de poemas educativos, líricos, épicos y eróticos, muchos de los cuales fueron transmitidos en forma oral y luego llevados a la simbología escrita. Los habitantes precolombinos dieron una importancia superlativa al cosmos, sacralizándolo incluso en sus manifestaciones orgiásticas y festivas, que no eran menores dentro de su cultura. La conservación de los textos se debe principalmente a los códices o libros en lengua autóctona escritos por los amanuenses más letrados. Muchas de las creaciones precolombinas, sobre todo las dramáticas, se cantaban y bailaban en las ceremonias rituales, eventos esenciales en el desarrollo cotidiano de estas sociedades.
Para este breve recorrido por la poesía precolombina nos basaremos fundamentalmente en las culturas azteca, maya, e inca, siendo la idea resaltar aspectos que, si bien pueden resultar generales, acerquen al lector, de algún modo, a la literatura practicada por nuestros antepasados más cercanos, permitiéndonos, a la vez, una especie de reencuentro con nuestras raíces prehispánicas.
Los Aztecas
Los aztecas fueron un pueblo que tomó muchos elementos culturales de los Olmecas (mencionados anteriormente); de los Zapotecas, que poseían un sistema de escritura que grabaron en pergaminos y piedra. De los Mixtecas, de los cuales se conservan códices pintados sobre piel de animales y de los Teotihuacanes cuyo legado religioso fue profundo. Fueron politeístas con un marcado antropomorfismo. En el aspecto lingüístico no pronunciaban la b, g, r y s. Usaban mucho los sonidos p, c, l y x, predominando el tl. Los poetas en esta cultura poseían un elevado rango que los ponía a la par con sacerdotes, nobles y príncipes. Algunos nombres que se conservan son los de Netzahualcoyotl, Tlacahuepan, Tozcuatectli y Tlatecatzin, entre otros. La mayor parte de la poesía azteca o Náhualtl es anónima y priman los poemas de corte místico donde la relación con la divinidad prevalece, tal como se expresa en este fragmento: "Y decían que a los primeros hombres/ que dios los hizo, los forjó de ceniza./ Eso lo atribuían a Quetzalcóalt, cuyo signo es el viento" (...) "Se cimentó luego el tercer Sol. Su signo era lluvia" (...) "Y decían que en él llovieron las pedrezuelas que vemos,/ que hirvió la piedra tezontle/ y que entonces se enrojecieron los peñascos", perteneciente al texto "Rito de los cinco Soles". Otro poema importante se titula "Poema de Quetzalcóatl y el nacimiento de Huitzilopochtli". Vale destacar unos singulares concursos de poesía llamados Huehuetitlan donde participaban los caudillos y guerreros. Estos fueron recogidos luego en los Cantares Mexicanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario