miércoles, 1 de abril de 2009

El barroco es un movimiento artístico y cultural extendido por toda Europa y que entraña una evolución de las ideas del Renacimiento, que en algunos casos supone cambios drásticos en la forma de pensar.
En principio el término barroco no se utilizó más que para las artes plásticas, es en los
años 1920 cuando se empieza a hablar de barroco literario, dando la idea de que el movimiento afectó no sólo a la forma y a la plástica, sino también a las formas literarias. Aún más importante, asumir la existencia de un barroco literario supone asumir el barroco como un movimiento de tipo ideológico, no sólo formal y ver su profunda relación con la Contrarreforma. Sin embargo, esto llevó a algunos mucho más allá, negando su relación con el Renacimiento y presentándolo como un movimiento enfrentado, lo que tampoco es cierto.

Pero es en España donde el barroco se da con mayor intensidad y donde adquiere mayor originalidad. El cambio de mentalidad en las personas y una cierta conciencia de inseguridad y de crisis hacen que se extienda una gran preferencia por las características propias de este movimiento. Los escritores del siglo XVII se inspiran en una filosofía de renuncia que es la filosofía estoica de Séneca y al mismo tiempo tienen muy en cuenta el sentido religioso de la vida.
Los escritores españoles del siglo XVII aportan en sus obras la doctrina del desengaño y del pesimismo. No se dejan embaucar por la belleza de la
Naturaleza; creen que es falsa y engañadora. Todas estas tendencias se hallaban incipientes en el periodo anterior, en el renacimiento y en el barroco no hacen otra cosa que intensificarse hasta llegar a la exageración.
A finales del siglo XVI, la situación social y política de España predispone a los escritores a imbuirse de lleno en este movimiento: el hambre, la peste, la desigualdad social, los pícaros, los mendigos, las miserias, los sueños de grandeza, etc. Todos estos temas son llevados a la literatura; es una situación apropiada para que nazca esa literatura cuyos cimientos están en la decepción, en el desengaño, en lo poco que valen las grandezas humana


publicado por Laura Maria Hernandez

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